Hoy caminaba por la calle, triste, sin entender porque no le importo. Esos dias en que estás, como se suele decir, en tu mundo…
Iba pensando, y a la vez sin pensar en nada, cuando una reflexión me aguardaba a la vuelta de la esquina.
Una hoja de vete a saber que anuncio, de repente se despega de la pared y empieza a tambalearse en el aire, pero finalmente se posa en la carretera. Por unos momentos se eleva un poco y sigue moviéndose, como si estuviera quejándose de estar caída, pero pasa un coche y se la lleva unos metros mas adelante, mas rota y sucia del asfalto.
Buscando una respuesta, y queriendo ver en las cosas mas simples una señal, me empiezo a sentir como esa hoja caída…rota y aplastada, arrastrada por una fuerza superior a mi y finalmente…abandonada a mi suerte.
Sin lamentarme ni mas tiempo ni mas lagrimas, me he acercado a la carretera, la he cogido, soplado suavemente, tan frágil ella. La he recogido.
Y ahora está sobre mi mesa, esperando a que unos pedazitos de celo, le devuelvan su forma original y deje de estar tan fea y arrugada.
Para que no termine en la basura ( donde posiblemente hubiera acabado su corta vida de hoja de propaganda ) , le he hecho un hueco en una cajita en la que guardo lo que nadie guardaría y que alguna vez alguien tiró. Por suerte, mi pequeña hoja , tiene historia de vida y al menos alguien, no la ha olvidado aun.
Iba pensando, y a la vez sin pensar en nada, cuando una reflexión me aguardaba a la vuelta de la esquina.
Una hoja de vete a saber que anuncio, de repente se despega de la pared y empieza a tambalearse en el aire, pero finalmente se posa en la carretera. Por unos momentos se eleva un poco y sigue moviéndose, como si estuviera quejándose de estar caída, pero pasa un coche y se la lleva unos metros mas adelante, mas rota y sucia del asfalto.
Buscando una respuesta, y queriendo ver en las cosas mas simples una señal, me empiezo a sentir como esa hoja caída…rota y aplastada, arrastrada por una fuerza superior a mi y finalmente…abandonada a mi suerte.
Sin lamentarme ni mas tiempo ni mas lagrimas, me he acercado a la carretera, la he cogido, soplado suavemente, tan frágil ella. La he recogido.
Y ahora está sobre mi mesa, esperando a que unos pedazitos de celo, le devuelvan su forma original y deje de estar tan fea y arrugada.
Para que no termine en la basura ( donde posiblemente hubiera acabado su corta vida de hoja de propaganda ) , le he hecho un hueco en una cajita en la que guardo lo que nadie guardaría y que alguna vez alguien tiró. Por suerte, mi pequeña hoja , tiene historia de vida y al menos alguien, no la ha olvidado aun.
No hay comentarios:
Publicar un comentario